jueves, 31 de julio de 2008

Cocinillas - galletas de avena y pasas


Sí, lo sé, últimamente me está dando por las galletas. Desde que tengo un horno que funciona, quiero sacarle partido. Y desde que tengo una enana a la que le gustan las galletas y a la que quiero darle cosas hechas en casa, me sirve de excusa. Sí, de excusa.

Porque a la que realmente le gustan las galletas es a mi. Pero con eso de que hay que guardar la línea, tengo que buscar excusas para poder hacer "pecadillos" de estos.

En fin, la excusa esta vez es que quería llevar algo goloso a la guardería, ya que hoy es el último día del curso, para que las profes hicieran un poco de "fiesta" con los enanos.

Y están buenas, puñeteras de ellas. Ayer me comí una recién salida del horno (impresionante). Irene se comió dos. Y el resto las hemos llevado a la guarde. Para no tener más oportunidades de pecar.

Bueno, ahí va la receta (cortesía de Allrecipes.com, solamente he ajustado un poco las cantidades de las especias hacia arriba, y creo que todavía podría admitir algo más de clavo y canela):

200 gr de harina
1 cucharadita de Royal
1/2 cucharadita de sal
1 cucharadita de canela en polvo
1/2 cucharadita de clavo en polvo
220 gr de mantequilla, a temperatura ambiente
2 huevos
1/2 taza de azúcar
2 cucharaditas de azúcar avainillado
150 gr de pasas
250 gr de copos de avena

Batir la mantequilla, huevos y azúcares en una batidora hasta que estén muy cremosas.
En un bol aparte, mezclar todos los ingredientes secos (salvo pasas y avena).
Mezclar sin batir la harina y la mezcla primera, justo hasta uqe toda la harina haya sido absorbida. Añadir junto las pasas y la avena y mezclar hasta que la avena se haya incorporado a la masa.

Precalentar el horno a 180ºC. Hornear en tandas (yo usé una cucharada colmada de pasta para cada galleta) durante 15 minutos. Enfriar 2 minutos y guardar en una lata. Si consigues no comerte la masa antes de meterla en el horno (es que está MUY buena), da para unas tres docenas.

Frase del día

Acceptance is not a state of passivity or inaction. I am not saying you can't change the world, right wrongs, or replace evil with good. Acceptance is, in fact, the first step to successful action. If you don't fully accept a situation precisely the way it is, you will have difficulty changing it. Moreover, if you don't fully accept the situation, you will never really know if the situation should be changed.

- Peter McWilliams

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La aceptación no es un estado pasivo ni de inacción. No estoy diciendo que no puedas cambiar el mundo, desfacer entuertos o reemplazar el mal con el bien. La aceptación, de hecho, es el primer paso para realizar una acción con éxito. Si no aceptas completamente una situación exactamente como es, te será difícil cambiarla. Aun más, si no aceptas completamente la situación, nunca tendrás la certeza de si la situación necesitaba un cambio.

martes, 29 de julio de 2008

Remedios contra el calor

Todos los años nos cuentan lo mismo en las noticias. Cuando hace mucho calor, hay que mantenerse a la sombra, evitar salir a la calle en las horas centrales, beber mucha agua, refrescarse, dormir la siesta... Este fin de semana pasado hemos hecho caso a todas esas recomendaciones.

Nos hemos ido a pasear a primera hora de la mañana, a la sombra de los árboles, para que no nos "pique el sol", y manteniéndonos cerca de estanques, riachuelos y lagos. Y aprendimos una cosa de los patos y pavos reales: siguen las mismas recomendaciones que dan en los telediarios. Lo de meterse en el agua nos pareció buena idea, así que...

¡Dicho y hecho! El domingo nos pasamos una buena parte del día en la finca de los cuñados, chapoteando en la piscina, disfrutando de la sombra de los pinos y de productos porcinos debidamente cocinados en la barbacoa.

Y no hay que olvidarse de la última de las recomendaciones: descansar a pierna suelta. Y si puede ser sobre un "blando colchón", mejor que mejor :-)

lunes, 28 de julio de 2008

Mensaje del Universo - 28/07/08

The only way to get what you really want, is to know what you really want.
And the only way to know what you really want, is to know yourself.
And the only way to know yourself, is to be yourself.
And the only way to be yourself, is to listen to your heart.

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La única manera de conseguir lo que realmente quieres es saber lo que realmente quieres.
La única manera de saber lo rque realmente quieres es conocerte a ti mismo.
La única manera de conocerte a ti mismo es ser tú mismo.
Y la única manera de ser tú mismo es escuchar tu corazón.

jueves, 24 de julio de 2008

El Madrid del siglo de Oro


El fin de semana pasado hicimos una corta ruta, llamada "El Madrid de Alatriste", por el centro de Madrid. Se trataba de visitar algunos de los edificios o calles más representativos del Madrid del siglo de Oro, bajo el reinado de Felipe IV, utilizando como excusa el primer libro de Pérez-Reverte sobre el personaje del Capitál Alatriste.
Empezamos en los jardines de la Plaza de Oriente, junto a la estatua ecuestre de Felipe IV, y seguimos hacia el convento de la Encarnación, la plaza de Isabel II, la iglesia de San Ginés en la calle del Arenal, la Plaza Mayor y la Plaza de la Provincia, donde acababa la ruta, junto a la Cárcel de Corte.
Me resultó muy interesante, los que me conocéis ya sabéis que mi interés por la Historia existe, pero mis conocimientos (o quizás sea mi memoria) sobre los eventos es muy limitado. A Irene (que sí, nos acompañó, como podéis ver en la foto) no le disgustó tampoco, y aguantó MUCHO mejor de lo que yo esperaba.
En el convento de la Encarnación (donde nos hablaron de los jóvenes que se dedicaban a cortejar a las monjas, de la "bazofia" que daban en los conventos a los menesterosos, y otras cosas de la época) decidió que tenía hambre. Así que tuvimos que improvisar un "aperitivo" de palomitas y chupachups (de vez en cuando hay que dejarle escoger a ella :-) ). Acabamos la visita reponiendo líquido en Casa Ciríaco, un sitio de la calle Mayor que aunque no creo que lleve allí desde tiempos de Felipe IV sí debe llevar una centena de años abierto. Las cañas, los tintos de verano y las "fantas" de naranja entraron como por ósmosis, acompañadas de unas empanadillas (en la foto) que no se las saltaba un gitano. Vamos, que nos lo pasamos bien, aprendimos algo nuevo sobre Madrid (como que antes no había cementerios y enterraban a la gente alrededor de las iglesias, que lo de "agua va" servía para avisar a los viandantes de que se iba a tirar desde la ventana cualquier tipo de basura, incluidas aguas mayores y menores) y descubrimos que uno de nuestros sitios de referencia para tomar un helado (en la calle Toledo) ha sido cerrado para dar paso a un bar más. En fin, el tiempo pasa y las cosas cambian.

lunes, 14 de julio de 2008

Princesa en la piscina

Cocinillas - galletas de chocolate, nueces y avena

A esta receta, cortesía de Deb de smittenkitchen, le tenía ganas. Muchas, para qué voy a mentir. Y es que la combinación de avena, nueces pecan y chocolate es una “killer application” desde mi punto de vista. Pero es verano, operación bikini, reducción de michelines, tabla de abdominales por la noche, esas cosas, y la estaba dejando para cuando llegara septiembre.

Peeeeeeero, el miércoles pasado, 9 de julio, según Irene volvía del parque, me dijo que quería jugar con harina. Entonces se me ocurrió. ¿Por qué no probarlas? A Irene le apetece juguetear en la cocina, a mi me apetece hacer estas galletas, ¡qué mejor ocasión!

Como el brazo de la minipimer se pone al rojo vivo cada vez que bato la mantequilla con el azúcar, probé a hacerlo en el robot de cocina. La pega es que no tiene el “adminículo” de varillas que haría falta. Pero bueno, hicimos la intentona. Y adjunto los siguientes AVISOS A LOS NAVEGANTES previo a la receta:

1.- La mantequilla, aunque esté “del tiempo” en el mes de julio, sigue siendo difícil de batir. Si vuestro robot de cocina es de los que se pueden salir del eje, como el mío, SUJETADLO CON AMBAS MANOS DURANTE UNOS SEGUNDOS, mientras la mantequilla se va suavizando. En nuestro caso no hubo que lamentar pérdidas materiales ni personales, pero menudo susto que nos llevamos cuando el vaso de batir salió disparado...

2.- si no hay varillas, no se consigue el efecto “pomada” de la mantequilla con el azúcar, así que recomiendo echar todo junto (mantequilla, azúcares, esencia de vainilla y huevos) y batir durante varios minutos. La consistencia que se obtiene es bastante buena, y el huevo ayuda a que el azúcar se disuelva bien. Por lo que he podido ver, la consistencia de la masa es la adecuada y no se queda “granulosa”.

3.- 350 gramos de pepitas de chocolate son UNA BURRADA. Con 200 gramos que le pusimos ya me pareció un exceso, así que sugiero de 100 a 150 gramos a lo sumo.

4.- las nueces pecan hacen la diferencia, pero es difícil encontrarlas sin salar a este lado del charco, y como ya vienen tostadas, no se consigue el mismo aroma. Aun así, el salado de las nueces contrasta agradablemente con el dulzor del chocolate y están buenas. En cualquier caso, si no se encuentran nueces pecan, sustituir por nueces normales.

5.- la avena, si la podéis conseguir, de Quaker. ¡Qué diferencia con los copos de herbolario! La Quaker está machacada más fina, y para las galletas resulta más agradable.

6.- si no encontráis esencia de vainilla (difícil también a este lado del charco), el azúcar avainillado vale. Yo le eché 2 cucharaditas, y me parece suficiente.

7.- es muy importante no batir la masa de galletas de más para que no se apelmacen, por eso vale la pena recalcar que cuando dice “hasta justo incorporar” la harina y el resto de ingredientes secos, hagáis justo eso, ¿vale?

8.- la receta da para 3 docenas de galletas de buen tamaño. Salvo que vayáis a dar una fiesta, tengáis familia numerosa, consideréis repartirlas entre amigos y compañeros de trabajo o hayáis decidido que necesitáis ganar 5 kilos en una semana, sugiero reducir las cantidades a la mitad. Los michelines os lo agradecerán. Bueno, no, ellos preferirían que os comierais una galleta más. O dos. Para fastidiar a los míos, lo que hice fue llevarles unas cuantas a mis amigas (para que sus “miches” se pusieran contentos) y luego traérselas a la familia política, que sé que son golosos. Ya solo quedan 7 galletas en la lata. Espero no tener que llevarme ninguna de vuelta a Madrid.

PD - A Irene también le gustan, pero estamos en un periodo de… como decirlo finamente… vamos, que no “va”, y el chocolate no está indicado en estas circunstancias. Así que, pobre mía, desde el jueves, ¡ni probarlas!

Galletas de chocolate, nuez y avena

8 cucharadas de mantequilla a temperatura ambiente
3/4 tazas de azúcar blanca
1 taza de azúcar moreno
1 cucharadita de sal
1 cucharadita de extracto de vainilla
2 huevos grandes
1 ½ tazas de harina
1 cucharadita de levadura en polvo
½ cucharadita de canela
¼ cucharadita de nuez moscada
1/8 cucharadita de clavo molido
1 taza de avena
2 tazas de nueces (si pueden ser pecans, mejor)
2 cucharaditas de ralladura de naranja (puede que necesite menos, añadir poco a poco probando la masa)
350 gr de chocolate semidulce (70% mínimo) cortado en trozos pequeños

Precalentar el horno a 180ºC.
Forrar una bandeja de horno con papel vegetal o con una lámina de silicona.
Utilizando una batidora eléctrica, batir la mantequilla en un bol hasta que esté cremosa. Añadir los azúcares, sal y vainilla y batir hasta que esté bien mezclado, aproximadamente 3 minutos. Añadir los huevos, de uno en uno, batiendo.
Tamizar la harina, la levadura, la canela, nuez moscada y clavo en un bol. Añadir la mitad a la mezcla de mantequilla y mezclar hasta que se incorpore. Añadir el resto de la harina y mezclar de igual manera. Al final, añadir las nueces, avena, ralladura de naranja y trozos de chocolate, mezclando lo justo.
Echar cucharadas de la mezcla sobre la bandeja, y hornear aproximadamente 10 a 12 minutos, o hasta que estén doradas. Enfriar la bandeja sobre una rejilla. Cuando las galletas estén templadas, y con la ayuda de una espátula, despegarlas del papel.
Pueden guardarse durante unos días en una lata.

jueves, 10 de julio de 2008

Cocinillas - galletas con orejones

En esta nueva etapa "galletera" que nos ha dado a Irene y a mi, estamos probando nuevas recetas, porque las de chocolate-chocolate desaparecen demasiado rápido... Disclaimer: las fotos están hechas con el móvil, la cámara de fotos estaba en manos de mi hermana que a su vez se encontraba "al otro lado del charco". Así que siento la mala calidad.

En este caso, la receta es de un libro sobre cocina para niños. Y menudo fiasco, la mitad de las recetas están mal. Uno se da cuenta cuando tiene la masa hecha y ve que de ahí es imposible que salgan galletas. Tuve que ajustarla "a ojo" y los resultados no fueron del todo satisfactorios en cuanto a textura (me quedaron demasiado esponjosas), pero estaban ¡¡¡BUENAS!!!

Así que ahí la tenéis, después de haberme ayudado a mezclarlas, y de esperar pacientemente frente a la puerta del horno los 10-15 minutos reglamentarios, echándole un ojo a las galletas. No les echaba la mano porque todavía estaban calientes. Y porque se lo pedí siete veces. O más. Y porque es más buena que las galletas.